Disfruta de la experiencia...

Elegir un mineral es una experiencia muy personal, ¡casi mágica! 

 En Kyō, creemos que la clave está en conectar con esa pieza que te "llama" desde el corazón. Aquí te ayudamos para que encuentres tu compañero ideal:

¿Qué te mueve hoy?

Piensa en lo que necesitas ahora mismo. ¿Buscas un extra de calma, un empujón de creatividad, más protección o quizás quieres atraer el amor? Cada mineral tiene una energía única que resuena con distintas intenciones. Define con claridad lo que estás buscando.

 Investiga un poco o déjate llevar. 

Puedes explorar las propiedades de los minerales en nuestra web o en libros especializados. Pero a veces, la intuición es la mejor guía. Si un mineral te atrae a primera vista, si al verlo sientes un "¡es este!", ¡hazle caso! Esa conexión es súper potente.

Siente como si lo tocaras. 

¿Te transmite algo? Una sensación de calor, de calma, ¡o simplemente una buena vibración! Esa es la señal.

Piensa en el formato. 

¿Quieres un mineral en bruto para tu espacio de meditación? ¿Una pieza pulida para llevar contigo a todas partes? ¿O quizás una joya que te acompañe en tu día a día? Elige el formato que mejor se adapte a cómo quieres integrarlo en tu vida.

Recuerda: no hay una respuesta correcta o incorrecta. El mineral ideal es el que resuena contigo en este momento.

Para que tus minerales vibren al máximo y sigan acompañándote con toda su energía, es esencial limpiarlos y recargarlos regularmente. Piensa en ello como un pequeño reseteo energético.

 Aquí te contamos cómo hacerlo de forma sencilla y respetuosa:

 1. Limpieza: Adiós a las energías pasadas

La limpieza ayuda a que tu mineral se libere de cualquier energía que haya podido absorber.
Tienes varias opciones, elige la que más resuene contigo y con el tipo de mineral (¡algunos son sensibles al agua!):

 Agua natural: Si tu mineral lo permite (investiga antes, por ejemplo, la Selenita o la Halita no son amigas de la inmersión en agua ), puedes pasarlo bajo el grifo con agua fría durante un minuto, pidiendo que cualquier energía estancada sea eliminada con ella. También puedes sumergirlo en un cuenco con agua de manantial o destilada durante unas horas. Sécalo bien después.

 Humos sagrados: Pasa tu mineral a través del humo de incienso natural (como sándalo o mirra), salvia blanca o palo santo. Es un método suave y muy efectivo para purificarlo. Hazlo con intención.

 Tierra: Entierra tu mineral directamente en el jardín durante 24 horas. La madre Tierra lo purificará y lo conectará de nuevo con sus raíces.

Sonido: Utiliza un cuenco tibetano, un diapasón o campanas. La vibración del sonido ayuda a disolver las energías no deseadas.

Otros minerales: Algunos minerales como la Selenita o el Cuarzo transparente tienen la capacidad de limpiar a otros minerales. Puedes colocar tu mineral sobre una base de Selenita o junto a una drusa de Cuarzo (limpia y cargada) durante unas horas.

 2. Carga: ¡A tope de energía!

Una vez limpio, tu mineral está listo para recargarse y potenciar sus propiedades:

 Luz de Luna: Sin duda, uno de los métodos más populares y suaves. Coloca tu mineral bajo la luz de la luna (especialmente durante la Luna Llena) durante toda la noche. La energía lunar es purificadora y revitalizante.

Luz del Sol: Aunque tu mineral sea fotosensible (como la Amatista o el Cuarzo Rosa, que pueden perder color con una exposición prolongada), pídele al mineral que en un minuto se cargue de toda la energía que necesite del sol. La energía del sol es potente y dinamizadora.

 Tierra: Al igual que para la limpieza, enterrar tu mineral en la tierra lo recarga con la energía vital del planeta.

 Geodas o Drusas: Coloca tus minerales dentro de una geoda de Amatista o sobre una drusa de Cuarzo (limpios y cargados). Estos cristales actúan como
amplificadores y cargadores naturales.

 Un pequeño TIP:  Haz de la limpieza y carga un ritual personal. Conecta con tu mineral, agradece su ayuda, visualiza y siente cómo se llena de luz y energía positiva. ¡Tu intuición te dirá cuándo es el momento perfecto para mimar tus cristales!

Programar tu cristal o mineral es como darle una "misión" o "intención" específica. Es el momento de conectar con él, compartirle tus deseos y alinear su energía con tus objetivos. ¡Verás qué sencillo es!

Antes de empezar, asegúrate de que esté limpio y cargado (si no sabes cómo, echa un vistazo a la pregunta anterior 😉). Así, estará receptivo y listo para recibir tu energía.

 Aquí te explicamos cómo hacerlo, paso a paso:

Busca un espacio donde te sientas en paz, sin interrupciones. Puede ser tu rincón de meditación, tu cama, o simplemente un lugar donde puedas estar a solas contigo mismo.

Tómalo entre tus manos. Puedes cerrarlas alrededor de él, o simplemente sentir su energía en tus palmas. Tómate unos instantes para conectar, sentir su vibración y reconocer su presencia.
 

Piensa (previamente) con claridad qué es lo que quieres que tu cristal te ayude a manifestar. Sé específico y positivo "que este Cuarzo Rosa me ayude a abrir mi corazón al amor incondicional y a la compasión." "Programo esta Amatista para que me guíe a tener calma mental y claridad durante mi meditación."
 

Una vez que tengas tu intención clara, visualiza, imagina y siente que esa intención, ese deseo, fluye desde tu corazón y tu mente hacia el cristal. Puedes hacerlo de varias maneras:
Verbalmente: Repite tu intención en tu mente y corazón, concentrándote en que la energía se transfiere al cristal.
Imagina y siente una luz que sale de ti y envuelve el cristal, infundiéndole tu propósito.

Una vez que sientas que tu intención ha sido "instalada" en el cristal, agradécele por su ayuda y por su energía. La gratitud refuerza la conexión.
 

¡Y listo! Tu cristal está programado y listo para trabajar contigo. Recuerda que puedes reprogramar tu cristal en cualquier momento si tus necesidades o intenciones cambian. Simplemente límpialo de nuevo, pide que la programación sea retirada y repite el proceso.

¡Ahora, es momento de darles un hogar! Guardar tus minerales adecuadamente no solo los protege físicamente, sino que también ayuda a mantener su energía pura y lista para cuando los necesites. Piensa en ello como darles su propio espacio sagrado.

 Aquí te damos algunas ideas para cuidar tus tesoros de la tierra:

 Busca un lugar tranquilo y seguro: 

Lo ideal es un sitio donde no vayan a sufrir golpes o caídas. Puede ser una caja de madera natural, un saquito de tela transpirable (algodón, lino) o incluso un cajón especial solo para ellos. Evita los recipientes de plástico que pueden retener energías.

 Separa por dureza o tipo: 

Algunos minerales son más delicados que otros. Si tienes piezas muy duras junto a otras más blandas (como la Selenita o la Fluorita), es buena idea guardarlas por separado para evitar arañazos. También puedes agruparlos por propiedades si te resulta útil, como tus minerales de protección juntos, o los de calma.

 Evita la luz solar directa prolongada: 

Aunque el sol puede recargarlos puntualmente, una exposición constante y directa puede decolorar algunos minerales (especialmente la Amatista, el Cuarzo Rosa o la Fluorita, entre otros). Guárdalos en un lugar fresco y donde no les dé el sol directamente durante horas.

 Crea un altar o espacio dedicado: 

Si te gusta tenerlos a la vista, puedes crear un pequeño altar o un rincón especial en tu casa. Usa una bandeja, una tela bonita o un mueble que te inspire. Esto no solo los organiza, sino que los convierte en un punto focal de energía en tu hogar.

 Límpialos regularmente: 

Aunque los guardes bien, el polvo y las energías del ambiente pueden asentarse. Un paño suave y una limpieza energética periódica (como hablamos en la pregunta anterior) los mantendrán relucientes y vibrantes.

 Recuerda que cada mineral es único, así que presta atención a lo que el tuyo "necesite". Con un poco de cariño y cuidado, tus cristales serán compañeros energéticos duraderos en tu camino.

En Kyō, nos tomamos muy en serio la autenticidad de cada pieza que llega a tus manos. Trabajamos directamente con proveedores de confianza que comparten nuestra pasión por la calidad y la procedencia ética.

 Cada mineral que encuentras en nuestra tienda ha sido seleccionado cuidadosamente por su belleza, su energía y, por supuesto, su autenticidad. Nos aseguramos de que sean piezas naturales, formadas en el corazón de la Tierra, sin tratamientos artificiales que alteren su esencia. Si alguna pieza ha tenido un tratamiento específico (como el teñido de algunos Ágatas, que es un proceso común en el mercado), siempre lo indicaremos claramente en la descripción del producto para que sepas exactamente qué estás adquiriendo.

 Queremos que compres con total confianza y que disfrutes de la verdadera energía de la naturaleza.

Si bien algunos practicantes prefieren realizar un "ritual de activación", la verdad es que tu mineral ya está activo por sí mismo al ser una creación de la naturaleza.

 Lo que sí es importante es limpiarlo y cargarlo (como ya hemos visto en las preguntas anteriores) para que su energía esté pura y lista para recibir tu intención.

La verdadera "activación" ocurre cuando tú conectas con él. Al sostenerlo, meditar con él o simplemente tenerlo cerca con una intención clara, ya estás estableciendo una relación energética. Programar tu cristal es la forma más potente de "activarlo" para tu propósito específico, infundiéndole tus deseos y alineando su vibración con la tuya.

 Así que no te preocupes por un ritual complicado; lo más importante es tu intención y la conexión que establezcas con tu nueva joya de la Tierra.

Aunque el agua es una herramienta poderosa para limpiar muchos minerales, no todos son amigos del agua. Algunos pueden dañarse, disolverse o perder su brillo si se exponen al agua, especialmente si es por un tiempo prolongado.

Aquí tienes algunos ejemplos de minerales que NO deben mojarse prolongadamente o que deben evitar el agua por completo:

• Selenita: Se disuelve fácilmente.
• Pirita: Puede oxidarse y liberar ácido sulfúrico.
• Lapislázuli: Puede perder su brillo o incluso dañarse.
• Malaquita: Es porosa y puede liberar sustancias tóxicas si se moja.
• Hematita: Puede oxidarse y manchar.
• Fluorita: Puede dañarse o perder su brillo.
• Halita (Sal Gema): Se disuelve.

Para limpiar estos minerales, lo mejor es optar por métodos "secos" como el humo de incienso o palo santo, la tierra, el sonido o colocarlos sobre una Selenita o drusa de Cuarzo.

 Si tienes dudas sobre un mineral en particular, te recomendamos buscar información específica o consultarnos. ¡Más vale prevenir que lamentar!